Raymond Moody

Es mundialmente famoso por haber escrito el libro Vida después de la Vida, un estudio sobre los fenómenos psíquicos que acontecen en los momentos próximos a la muerte. A este primer libro le siguieron otros, todos sobre experiencias espirituales que podrían tener relación con la supervivencia de la conciencia, como los estudios sobre regresiones, o recuerdos de vidas pasadas.


El trabajo de Moody se remonta a sus años de estudiante universitario, cuando un profesor suyo le relató una experiencia cercana a la muerte que había tenido, narración por la que Moody sintió una gran capacidad de comprensión, a pesar de no haberla experimentado él mismo. Al cabo de un tiempo, conoció otras personas que habían pasado por experiencias similares, y decidió emprender un estudio sistemático para recopilar las narraciones de estos testimonios y encontrar una base subyacente en todos ellas. Estas experiencias, relatadas por personas personas que habían sobrevivido a una muerte clínica, tuvieron un gran impacto en la sociedad occidental, dado que el tema del tránsito se había convertido en un tabú, a la vez que numerosas personas que habían atravesado una experiencia similar pudieron compartirla, y al mismo tiempo conocer que no eran los únicos que habían experimentado esta fenomenología.
Las casualidades hicieron que los primeros trabajos de Moody coincidieran con las primeras apariciones públicas de otra persona que dedicaría su vida al estudio del fenómeno de la muerte en occidente: nos referimos a la incombustible Elisabeth Kübler-Ross, una médico suiza que alcanzaría fama y renombre internacional por la honestidad y pasión que dedico a este campo de estudio que se ha dado en llamar tanatología. Moody, además de seguir estudiando las experiencias cercanas a la muerte, se abrió a la exploración experiencial de temáticas afines, como las sesiones de regresión a 'vidas pasadas', sobre las que publicó numerosos libros, además de dar conferencias y abrir un centro en el que impartía talleres sobre el tema.

Lejos de convertirse en una especie de teólogo que trazara conclusiones tajantes a partir de los estudios llevados a cabo, Moody siempre reclamó que su papel era el de una persona que estudiaba de forma honesta estos hechos sorprendentes que acontecen alrededor de la muerte, o en sesiones terapéuticas de regresión.