George Ivanovich Gurdjieff fue uno de los maestros
espirituales más influyentes del siglo XX. En sus primeros años, participó en
expediciones que iban en búsqueda de enseñanzas antiguas, parcialmente
documentadas en su libro Encuentros con hombres notables. Su búsqueda lo
condujo a una hermandad secreta, de la cual pareció regresar con la posesión de
un sistema único.
En 1910, Gurdjieff importó ese sistema a Rusia. Tradujo su
conocimiento y experiencia oriental en un lenguaje apetecible al hombre
occidental del siglo XX. Llamó su disciplina “El cuarto camino,” en contraste y
agregado a los tres caminos tradicionales del fakir, del monje y del yogui
(leer más sobre el Cuarto Camino). Sin embargo, la revolución bolchevique y la
primera guerra mundial forzaron a Gurdjieff a emigrar y finalmente terminó en
Francia, donde abrió su “Instituto para el Desarrollo Armónico del Hombre.” La
influencia de Gurdjieff se extendió por toda Europa y hasta en América, pero el
orden social declinante y la segunda guerra mundial le impidieron formalizar
más su organización. Fue forzado a cerrar el instituto y a pasar la última
parte de su vida escribiendo libros: La vida solo es real cuando ‘Yo soy,’ Todo
y todas las cosas, Encuentros con hombres notables y Cuentos de Belcebú a su
nieto. Murió en Francia el 29 de octubre de 1949.
Gurdjieff fue discreto acerca de los orígenes de su
enseñanza. No sintió necesidad de revelar sus pasos. En principio, afirmaba que
las guerras habían destruido todo rastro de las escuelas con las que había
tenido contacto. Además, su enseñanza llamaba específicamente, no para el
estudio académico, sino para volver el conocimiento en práctica. El mismo
Gurdjieff había trabajado para adquirir su enseñanza y se había ganado, por así
decirlo, los derechos sobre ella. Esos derechos tenían que ser ganados por
cualquiera que encontrara su trabajo por primera vez. Mientras que el
conocimiento se podía dar, la sabiduría debía ganarse. De aquí que Gurdjieff,
que había sacrificado mucho para obtener su sabiduría, era reacio a pasarla a
los demás excepto al precio del trabajo. Una vez ganado por cualquier
individuo, el conocimiento se volvería suyo; él mismo se volvería esas antiguas
verdades que Gurdjieff supuestamente excavó, una reiteración de antigua
sabiduría, una expresión contemporánea de una verdad eterna.
Monasterio de Lavra Megistis, el Monte Athos
Gurdjieff fue un agente del siglo XX de este Arca Mayor.
Transmitió a quienes lo rodeaban el sentido de una misión. Parecía, no solo a
sus propios estudiantes, sino hasta a las personas fuera de su círculo directo
de influencia, que era el agente de un gran plan. En su juventud este sentido
del propósito irradiaba desde su “búsqueda de lo milagroso” que lo llevó a viajar
a Grecia y Egipto en Occidente, a Afghanistán y el Tíbet en Oriente. Comenzando
desde cerca de 1910 este mismo sentido de propósito se conectó con la visión
del Instituto, que en 1917 recibió su nombre completo: Instituto para el
Desarrollo Armónico del Hombre. Desde 1912 en adelante Gurdjieff ubicó el
propósito de la creación del Instituto delante de cualquier otra meta práctica,
hasta los tiempos de su accidente automovilístico y el cierre del Prieurè. Su
sentido de misión fue transferido entonces a sus escritos (los tres volúmenes
de Todo y todas las cosas) y a la preparación de grupos de personas, en Europa
y América, capaces de preparar gente para recibir esos escritos. Después de
1925 trataba de poner en palabras loi que esperaba realizar en acción y creía
que sus escritos finalmente serían leídos y comprendidos por un amplio público.
El momento crucial entre el período de “búsqueda” de
Gurdjieff y el período en que se enfocó en la creación del Instituto parece
llegar luego del tiempo que pasara con la Hermandad Sarmoun, en las montañas
del Hindu Kush en el norte de Afghanistán. Primero obtuvo acceso al monasterio
Sarmoun central en 1899-1900 y parece probable que haya tenido una estadía más
larga en 1906-1907. Al final de 1907 Gurdjieff fue a Tashkent a practicar
curación. Allí curó drogadictos y alcohólicos, tanto como medio de estudiar el
estado de identificación como medio de hacer dinero. Estos fueron sus últimos
preparativos para enseñar. Después de alrededor de 18 meses comenzó a atraer estudiantes
y entonces, en 1912, partió de Tashkent a Moscú donde comenzó a reclutar
candidatos para el Instituto. Parece, entonces, que la experiencia de Gurdjieff
con la Hermandad Sarmoun lo transformó de un “buscador” en alguien que había
“encontrado” y estaba listo para enseñar.